Relaciones afectivas o románticas
Lo que se conoce como “pareja de repuesto”. La otra persona te busca solo cuando está sola, aburrida o emocionalmente necesitada. Esto también ocurre entre amigos. Señal: tu presencia es un parche, no un reconocimiento de tu dignidad.
La relación transaccional disfrazada de amor. Ej.: Alguien se queda contigo o está contigo por conveniencia (dinero, papeles, contactos, vivienda). Señal: te conviertes en un instrumento de estabilidad o de ascenso.
Manipulación emocional (culpa, silencio, amenazas veladas). La persona usa tus emociones para obtener lo que quiere.
Señal: tu bienestar no figura en sus cálculos.
d) Dependencia unilateral: Tú sostienes emocionalmente a alguien que no hace ningún esfuerzo por tu parte.
Señal: tu rol es ser “contenedor”, no ser persona.
Relaciones de amistad
El “amigo utilitario”
Te llama solo para pedir favores, contactos, ayuda económica o emocional.
Señal: desaparecen cuando tú necesitas algo.
La amistad basada en el acceso. Se relacionan contigo por tu prestigio, talento o redes sociales, no por ti.
Señal: si pierdes ese recurso, se disuelve la “amistad”.
La burla constante, disfrazada de humor, convierte tus vulnerabilidades en entretenimiento. Señal: eres medio para su posición dominante en el grupo.
Relaciones familiares
Padre/madre que exige logros para afirmar su propio ego. El hijo es instrumento para el narcisismo del progenitor. Señal: el amor es condicional.
Familia que recurre a ti únicamente como recurso práctico. Cuidar, resolver, pagar, negociar… pero sin reciprocidad ni reconocimiento. Señal: tu valor es funcional, no personal.
Hermano que abusa de la lealtad. Te impone secretos, favores o sacrificios sin darte apoyo moral.
Señal: se apropia de tu buena voluntad.
Relaciones laborales
Jefe que te alaba para explotar. Elogios estratégicos para que aceptes tareas imposibles o sin pago.
Señal: las palabras sirven a sus fines, no a tu desarrollo.
Colegas que se atribuyen y roban tu trabajo. Utilizan tu esfuerzo para generar su ventaja competitiva.
Señal: desapareces como autor moral de tu acción.
Trabajo emocional no reconocido. Te usan como “terapeuta gratuito” del equipo. Señal: exigen tu energía emocional, no tu criterio profesional.
Relaciones sociales o de comunidad
Eres el “mediador eterno”. Todos recurren a ti para resolver conflictos que no quieren asumir. Señal: instrumentalizan tu carácter conciliador.
Líder o institución que exige sacrificios sin cuidado por ti. Se aprovechan de tu compromiso para sostener estructuras injustas.
Señal: tu voluntad se convierte en combustible, no en fin.
Eres la “voz razonable” que, sin embargo, ignoran cuando molesta. Te escuchan solo cuando conviene a sus planes.
Señal: tu racionalidad está al servicio estratégico de otros.
Relaciones íntimas de explotación moral
Quien te confiesa amor pero evita comprometerse. Busca la calidez afectiva sin responsabilidad moral.
Señal: eres una especie de refugio, carnal, nunca un igual.
Quien requiere de ti validación constante. Usan tu atención como combustible narcisista.
Señal: tu presencia existe para alimentar la inseguridad ajena.
Quien juega con tus esperanzas: Promesas vagas, futuros imaginarios, “ya casi”…
Señal: instrumentalizan tu ilusión como un recurso de control.
AHORA TÚ MISMO TE PERMITES SER USADO (SEGUNDO IMPERATIVO)
Cuando aceptas una relación para no estar solo. Sacrificas tu dignidad por evitar un sentimiento pasajero.
Cuando legitimas el abuso con justificaciones: “Así es él o así es ella ... pero yo lo manejo.”
Racionalizar es autocosificarse.
Cuando renuncias a tu juicio por agradar. Te conviertes en medio para mantener la paz o la aprobación.
CRITERIO GENERAL (muy kantiano): ¿Estoy siendo usado?)
Pregúntate:
¿Si eliminara el beneficio que aporto, esa persona seguiría interesada en mí como sujeto, o desaparecería la relación?
Si la relación se disuelve al quitarle la utilidad, entonces no es relación:
es instrumentalización.
Uso de la culpa. La culpa es poderosísima porque paraliza.
a) “Después de todo lo que he hecho por ti…”
→ La persona te obliga a actuar para compensar una deuda emocional infinita.
b) “Si dices que no, me harás daño”
→ Te convierte en responsable de su bienestar emocional.
c) “Sabes que eres el único que me entiende”
→ Carga sobre ti la obligación de sostenerlo.
Cómo se usa: activa tu culpa para obtener obediencia.
Uso del miedo. El miedo opera anticipando pérdida, castigo o abandono.
a) “Si me contradices, no sé qué va a pasar”
→ Amenaza velada te inmoviliza.
b) “No encontrarías a nadie más que te quiera”
→ Mina la autoestima para asegurar la dependencia.
c) “Cuida lo que dices, la gente habla”
→ Se usa el miedo social para controlarte.
Cómo se usa:
Se administra el temor para que no ejerzas tu autonomía.
Uso del afecto (amor, cariño)
Ironía: se usa lo más noble para manipular.
a) “Si realmente me amaras, harías esto por mí”
→ El amor convertido en chantaje emocional.
b) “Solo tú puedes salvar esta relación”
→ Te hace responsable de un vínculo que debería ser recíproco. c) “No necesito nada; solo que estés aquí siempre”
→ Reclamo de presencia total como prueba de afecto.
Cómo se usa:
Transforman el amor en moneda de cambio.
Uso de la esperanza: Se juega con tu futuro imaginado.
a) “Ya casi estoy listo para comprometerme…”
→ Mantiene tu expectativa viva para seguir obteniendo beneficios.
b) “Pronto te reconoceré tu trabajo”
→ Te tiene en suspenso para que sigas entregando más.
c) “Lo nuestro funcionará, dame tiempo”
→ La esperanza sustituye a la acción real.
Cómo se usa:
Se alimenta un futuro posible para controlar el presente.
Uso de la vergüenza
La vergüenza te hace sentir “defectuoso”.
a) “Tú sí que no sabes manejar nada”
→ Te deja inseguro para que dependas del otro.
b) “No me hagas quedar mal”
→ Asocia tu valor a su imagen pública.
c) “Mira a los demás… ¿y tú?”
→ Comparación degradante para obtener la sumisión.
Cómo se usa:
Te rebajan para hacerte más manejable.
Uso del deseo de aprobación
Necesitas ser aceptado y ellos lo saben.
a) “Eres el único que puede arreglar esto”
→ Te vuelven imprescindible para explotarte.
b) “Qué decepción, esperaba más de ti”
→ Apuñalan la autoestima para lograr rendimiento.
c) “La gente que yo respeto haría lo que digo”
→ Empuja a actuar para no “perder prestigio”.
Cómo se usa:
Se manipula tu deseo de ser valorado para guiar tu conducta.
Uso de la compasión. A veces, tu mayor virtud se usa contra ti.
a) “No tengo a nadie más, no me dejes”
→ Te hace sentir cruel si pones límites.
b) “Sin ti, yo no puedo vivir”
→ Te responsabiliza de su equilibrio emocional.
c) “Estoy tan mal… pero si tú me ayudas…”
→ La vulnerabilidad se convierte en estrategia.
Cómo se usa: La persona finge fragilidad (o la exagera) para no asumir su responsabilidad.
Uso del enojo. El enojo es intimidante y disciplinador.
a) Explosiones súbitas cuando dices “no”
→ Te condicionan a evitar conflictos accediendo siempre.
b) Castigos silenciosos
→ Retiran afecto o comunicación para doblegarte.
c) “¿De verdad quieres verme enfadado?”
→ Amenaza emocional.
Cómo se usa:
Se provoca miedo al conflicto para obtener tu obediencia.